Solo necesitarás un par de hojas blancas A4, tijeras y la fuente de iluminación que te apetezca: lámpara/s, flash, etc.
Y ahora paso a paso:
A una de las hojas le cortaremo un lado, de un grosor de un par de dedos aproximadamente. La cuestión es que la hoja quede algo más estrecha de lo que en realidad es, aunque la verdad, no creo que este paso sea imprescindible.
Esta misma hoja la pondremos delante nuestro, encima de una mesa, orientada de manera vertical (como si quisieras empezar a escribir en ella). Al extremo más cercano a nosotros le pondremos un pedacito de celo para engancharlo a la mesa. El extremo lejano lo levantamos y lo enganchamos a cualquier objeto que lo mantenga un poco elevado, de manera que la hoja haga una pequeña cuesta (mira la fotografía, lo verás más claro).
La otra hoja la doblamos por la mitad y la volvemos a desdoblar. Doblamos una de las dos mitades que nos han quedado también por la mitad y en el mismo sentido que la anterior. Repetimos este mismo paso con la otra mitad que nos había quedado después del primer doble (explicado y supongo que leído parece liado, a la foto os vuelvo a remitir). La cuestión es hacer una “tienda” para colocar encima de la primera hoja, la pegada con celo.
Y ya estamos. Tan solo debes colocar las luces donde prefieras, apuntando a la “tienda”, prueba distintas distancias, colocar tu cámara en el trípode y retratar esos regalitos pequeños que os han traído los reyes o cualquier otra cosa que se os ocurra…
Evidentemente es algo tan sencillo que seguro que se os ocurren mil variaciones para mejorarlo. Lo que me parece realmente destacable es poder conseguir tan buenos resultados con tan poco material, y es que seguro que seguro que la mayoría no estamos para ir derrachando en esta época que nos está tocando vivir…
sábado, 31 de enero de 2009
El estudio casero más barato
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